informacion.es 18/03/2012
MAR ESQUEMBRE CERDÁ Mañana, además del bicentenario de La Pepa, se celebra el Día del Padre. Y se hace de forma muy diferente por parte de asociaciones que se autodefinen defensoras de la igualdad de mujeres y hombres.
De un lado, las que se aglutinan en "Hombres por la igualdad" y/o comparten sus objetivos y reivindicaciones, quieren resignificar esta fecha celebrando el "día del padre igualitario". La principal impulsora de las acciones es la PPiiNA, la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción, constituida en 2005, en torno al objetivo del reconocimiento efectivo de los permisos de maternidad y paternidad iguales, intransferibles y con cargo a la Seguridad Social. Unos permisos extensos que permitan los cuidados compartidos y la paternidad corresponsable desde el primer día de la llegada de las criaturas al seno de la familia. Sus efectos positivos sobre la igualdad son innegables: se reconoce a los padres un derecho históricamente obviado (por los propios hombres, ojo), se fomenta un modelo de corresponsabilidad que destierra la tradicional concepción de que el cuidado es sólo cosa de mujeres y se mejora la situación de éstas en el mercado laboral al no poder ser percibidas por la empresa como una "carga". En diversas ciudades españolas llevarán a cabo este largo fin de semana acciones de sensibilización en este sentido.
En el lado opuesto están las asociaciones que se aglutinan en torno a la Plataforma Ciudadana por la Igualdad, liderada por el juez Serrano, firme opositor a la Ley contra la violencia de género y a la Ley de Igualdad (que introdujo tímidamente el permiso de paternidad de dos semanas) y defensor a ultranza de la custodia compartida impuesta y propagador de bulos sobre denuncias falsas y falsos síndromes que presentan a las madres como verdaderos monstruos. Bajo los lemas "Derogación de las leyes sexistas basadas en la ideología de género" y "custodia compartida ya", animan a concentrarse ante las sedes del partido en el Gobierno el día del padre. Sus efectos negativos sobre la igualdad son innegables: sólo fomentan el enfrentamiento, el insulto y la perpetuación de la discriminación estructural que sufren las mujeres, cuya existencia niegan. No he visto ni rastro de reivindicaciones de los derechos de paternidad en el sentido apuntado más arriba ni he visto que reivindiquen igual papel del padre en el cuidado desde el momento del nacimiento o la adopción sino sólo en las situaciones de crisis de pareja. Su ídolo es Pérez Reverte por su chusca y beligerante manera de oponerse a una utilización del lenguaje de manera incluyente.
Es fácil distinguir quiénes están defendiendo la igualdad o quiénes simplemente se afanan en la defensa de sus privilegios. No se confundan.