Me pasaron un artículo de una fervorosa madrastra que decía muy convencida "y sí, soy como su madre". Puede sonar muy tierno, maternal y solidario pero la realidad es que esa señora tiene un problema. Tiene un problema grave a la hora de asumir cuál es su puesto. El artículo entero reivindica la figura de la madrastra negando y obviando la mayor: que los menores ya tienen una madre que con toda probabilidad quiere a sus hijos por encima de todo, incluso por encima de sí misma. Con la clase de amor incondicional que da una madre y que ninguna pareja del padre podrá igualar.
Con esto no quiero decir que no deban tratar a los hijos e hijas de su pareja con amabilidad, amor y cariño. Por supuesto. Pero cuando rebasan límites que las hacen posicionarse en un sitio que no es el suyo, despreciando a la que siempre ha sido la madre, lo único que causan es daño.
Y ahora viene lo más grave: algunas tienen hijos/as de una relación anterior y tienen la custodia…. y han luchado por ella. Esto no concuerda mucho con que vayan pregonando a gritos y dándose golpes en el pecho por la custodia compartida porque supuestamente es la panacea en resolución de conflictos; eso sí, para los conflictos y los hijos e hijas de las demás pero, curiosamente, no para los suyos/as.
Cabe la tentación de decir: "es que a lo mejor sus casos eran diferentes". Error. Normalmente sus casos han sido separaciones o divorcios conflictivos similares a los de las demás. No se trata de las circunstancias. Es algo tan básico como insolidaridad hacia otras mujeres por asimilación de los objetivos de su pareja.
Son muchos los casos en que van a testificar a los juicios que su compañero de cama es un padre amantísimo y abnegado, sin pararse a pensar si eso es lo mejor realmente para los menores, en la madre o si las pretensiones de su amante las querrían para sus propios hijos/as, si es que tienen.
Recuerdo a una mujer, miembro de una de estas asociaciones de superpapis y de la que no voy a decir el nombre porque son peligrosos. Violenta, grosera, maleducada…Superaba incluso a muchos de los machirulos maltratadores que andan por la red. Recuerdo que en una ocasión, la vi en la Plaza de Sol recogiendo firmas en favor de la custodia compartida junto con otros individuos. Me limité a observarla porque con ella no había diálogo posible. A los pocos días se montó un lío en las redes porque alguien le escribió públicamente "bien que luchaste por la custodia de tu hija hace un tiempo". Y por supuesto su reacción no se hizo esperar. Primero lo negaba, pero como daban demasiados datos, luego ya no negaba nada y se dedicó a amenazar a todo el mundo con que les iba a denunciar.
Pero hay otro caso aún más grave. Estoy hablando de la ya expareja de un cabecilla de una de estas asociaciones machistas llenas de presuntos maltratadores. Con individuos de esos que a la segunda o tercera frase que cruzas con ellos ya te están llamando "feminazi, gorda, malfollada, resentida, ojalá te mueras bla bla". Virulenta como la que más y en todos los eventos de estos individuos machistas, en cabeza con la camisetita amarilla de marras con su entonces pareja, al que consideraba un superpadre implicadísimo que por supuesto, no tenía por qué tener menos derechos que la madre quien, cómo no, era una bruja con escoba que no quería más que dinero. Se quedó embarazada del individuo en cuestión y…….¡oh, sorpresa!.....sale una noticia en prensa porque una mujer embarazada ha sido agredida por su pareja y ha tenido que llamar a la policía. Adivinad de quién se trataba. Pero…..¡oh, otra sorpresa!......email pidiendo ayuda después de habernos llamado de todo menos bonitas en más de una ocasión. No sé qué habrá sido de ella pero dudo mucho que haya acordado una custodia compartida con el maltratador. Pese a todo, espero que en su caso no la hayan IMPUESTO. Por el bien del menor especialmente.
El daño que hacen es brutal pero, ¿por qué estas mujeres se convierten en enemigas de otras mujeres y con esa visceralidad? Hay acuerdo entre los expertos en que los maltratadores, incluyendo aquellos que recurren al maltrato psicológico, son extremadamente manipuladores y son capaces de mostrar en cada situación la cara que más les conviene. Y cuando estas mujeres caen en sus redes, pasan a convertirse en verdugos; y unos verdugos muy peligrosos si enciman tienen poder. Aunque muchas, tarde o temprano, pasan a convertirse en víctimas.
Para mí, empezarán a tener algo de crédito cuando pacten una custodia compartida para sus propios hijos e hijas. Pero como no lo van a hacer, no dejarán de ser marionetas que han renunciado a sus principios en manos de individuos manipuladores y que han perdido la capacidad de ponerse en el pellejo de otras mujeres, haciendo suyas las reivindicaciones del individuo con el que comparten la cama.
Que les dure mucho el amor. Porque cuando se les acabe, sólo pensarán en el bienestar de sus hijos/as y renegarán de todo aquello por lo que lucharon porque lo hicieron suyo sin serlo.
No deja de ser una lástima que uno de los mayores enemigos de las mujeres, sean las propias mujeres.
Fdo. Marian Lozano
Asociación Custodia en Positivo